El día de hoy escribiré sobre un tema que me gusta mucho al igual que mi amiga Mari Jose. La comida, sin embargo yo trataré una vertiente al respecto que generalmente me saca de quicio y que por desgracia ha quedado en mi cabeza incrustado.

Desde que fuí pequeño y salíamos los fines de semana a comer fuera de casa, mi mamá siempre manejo la idea de que cada platillo en este mundo tiene que ocupar su lugar en algún restaruant. Con esto se refería a que siempre que salíamos a un restaurant que no fuera Mc Donald's o Kentucky, o Burger Boy... el pedir hamburgesas estaba fuera de lugar. Mi mamá decía: "Aprovecha y come otra cosa, hamburgesas puedes comer todos los días, no seas bruto" y yo siempre me pregunte: "¿Porque frustrarme a comer lo que quiero, solo por que en donde estoy hay cubiertos y al parecer... es necesario utilizarlos?

Sin embargo, al paso de los años esa maldita manía se me ha incrustrado en el cerebero, y ahora yo también recurro a utlizar esa frase célebre de mi madre.

Cuando estoy en algún lugar "más refinado", me quiebro la cabeza leyendo la carta para encontrar aquél platillo perfecto que mache con mi personalidad culinaria de esa noche, y ya cuando lo encuentro; lo pido al camarero, lo trae, lo observo, lo degusto... y me doy cuenta... ¡que hubiera preferido una pinche Big Mac con unas papas...! y que la carta decía que podía pedir una hamburgesa, pero por esa chingada mentalidad que tengo metida, preferí pedir un platillo desabrido que solo me dejo insatisfecho. Moraleja... cuando vayan a un restaruant o a donde sea... PIDAN LO QUE SE LES HINCHE LA GANA!